Geomallas

Las geomallas son materiales geosintéticos con estructura bidimensional elaboradas de diferentes polímeros, conformadas por una red regular de costillas conectadas de forma integrada por extrusión, con aberturas de suficiente tamaño para permitir la trabazón del suelo, piedra u otro material geotécnico circundante. Su estructura reticular les permite interactuar con el material de relleno, tienen alta resistencia en las uniones lo que asegura que las cargas sean transferidas a través de las rejillas, cuentan con rigidez torsional que permite simplificar la instalación y resistir la deformación una vez instaladas y tienen un alto módulo de tracción para resistir la carga dinámica, además de ser inertes a las condiciones químicas y biológicas que normalmente se presentan en el suelo.
El principal objetivo del diseño de las geomallas es indiscutiblemente el refuerzo, la elección del tipo de geomalla adecuado en cada proyecto depende de la dirección en que los esfuerzos se transmiten en la estructura a reforzar. Principalmente son utilizadas en el refuerzo de muros, taludes y terraplenes, así como para la estabilización de suelos blandos, el refuerzo de cimentaciones, el mejoramiento de la capacidad portante del suelo y el mejoramiento de la distribución de cargas.
Se clasifican en uniaxiales (uni-direccionales o mono-orientadas), biaxiales (bi-direccionales, bi-orientadas) y triaxiales (multidireccionales, multi-orientadas).

Las geomallas uniaxiales se producen principalmente de polietileno de alta densidad usando un proceso de extrusión seguido de un estiramiento mono direccional, lo que permite obtener una estructura monolítica con una distribución uniforme de largas aberturas elípticas, que desarrollan una gran fuerza a la tensión y un gran módulo de tensión en la dirección longitudinal.

Sus principales usos son el refuerzo de muros y taludes para vías, refuerzo de muros para obtener mayor área plana y refuerzo de terraplenes, puesto que los principales esfuerzos están en una sola dirección debido a la presión lateral de tierras que el suelo retenido ejerce sobre la estructura.

Las geomallas biaxiales son producidas mediante un proceso de extrusión y luego estiradas longitudinal y transversalmente, con lo que se logra obtener características uniformes y homogéneas, sus propiedades principales son la alta resistencia en sus uniones y la mínima elongación biaxial.

Están enfocadas en la estabilización y refuerzo de suelos blandos, refuerzo en cimentaciones, pavimentos y terraplenes, caminos de penetración, refuerzo de concreto y control de lastre en vías ferroviarias.

Las geomallas triaxiales, son estructuras bidimensionales que tienen una configuración triangular, que permite que la distribución de esfuerzos en el en el plano de la geomalla sea de forma radial y que los esfuerzos se contrarresten en todas las direcciones.

Entre sus beneficios podemos contar que permite reducir el espesor del relleno para mejoramiento del suelo, facilita operaciones de tránsito pesado, reduce costos y tiempos de construcción, distribuye de manera multidireccional la carga, mejora la rigidez evitando el desplazamiento general progresivo y el debilitamiento de la capa base granular, reduce espesores de las capas en los pavimentos, incrementa la vida útil del pavimento y reduce costos de mantenimiento.

Los principales usos de las geomallas son: 
  • Estabilización de suelos formados.
  • Refuerzo de suelos blandos.
  • Refuerzo de muros y taludes.
  • Refuerzo de cimentaciones.
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